Desde 1939 se ha convertido en un legado histórico, el nombre del bar viene de un árbol de moras que creció en la terraza. Las instalaciones solían ser sede del club de box, billares y los gallos de pelea. Actualmente ofrece una variedad de antojitos y platillos mexicanos como el pulpo en cazuela, el chicharrón en salsa verde o la torta de carnitas.

Con la filosofía que alcanzar y reivindicar lo sencillo, los sabores de Gallo71 nos provocan esa nostalgia del regreso a la tierra. Los platillos se reconocen en su pureza, pero con la conciencia del proceso que necesitan. Una caña de filete de un kilogramo de peso, una espinita de rib eye, o una tostada de betabel con salsa de chile.

Un restaurante mariscos pero con ambiente moderno, donde te tomas un drink, escuchas música actual, y los tradicionales platillos son presentaciones gourmet. Se trata de los mismos dueños de Los Arcos, quienes conocen la frescura de los productos del mar. El atún azul en cuadros sobre una tostada de harina y con cebolla espolvoreada es una entrada ideal para comenzar a degustar.

Se trata de esa mezcla entre gran ambientación y excelente calidad gastronómica. Con platillos como los tacos de cangrejo, la tártara de atún, las papas fritas con aceite de trufa, y el fettuccine en salsa de salmón que te harán recordar la experiencia. Tienen un carrito de churros de hará agua la boca.

Se trata de la auténtica parrilla mexicana que combina una oferta de carnes y antojitos mexicanos. Tanto el ribeye como el chamorro son estrellas en el menú. El postre de pan de elote está casi obligado a degustarse. También tienen fideo seco, carpaccio de ribeye, un cóctel que llaman Los frutos del amor que combina perfectamente con el ambiente del lugar.